Durante el jueves 25 y viernes 26 de abril, Fundación Lepe llevó a cabo una nueva jornada de co-evaluación con los proyectos beneficiados por Fondo Común 2021, en la casa que perteneció al fundador de la organización -Roberto Lepe- en Curimón, San Felipe. El encuentro estuvo cargado de aprendizajes, emoción y reencuentro.
La instancia reunió a representantes de los diversos proyectos que recibieron apoyo de la fundación, incluyendo «Somos Cuenca, Habitantes del Biobío» de Bestias del Sur Salvaje, «Porotarium Austral, mujeres revitalizando la diversidad de porotos del sur», «Producción sustentable y consumo responsable de alimentos” de la Colaborativa Las Palmas», «Parque Terapéutico Leonor Mascayano» de ONG Rebrota, «Restaurando Aguas y Bosques del Lavkenmapu» de Fundación Lican, «Red Comunitaria de Agua potable de Nal Alto», y «Centro Comunitario de Artes Musicales Inclusivo, especializado en discapacidad visual» de Fundación Idava.
El objetivo de esta actividad es entregar espacio de encuentro que permita a las organizaciones de Fondo Común 2021 reflexionar en torno a la implementación de su proyecto, su futuro y el trabajo en red, así como también levantar cómo podemos mejorar en el proceso de acompañamiento desde la fundación.
La coordinadora del programa Fondo Común, Antonia Madrid, expresó que “estamos profundamente agradecidas de reunirnos nuevamente con las distintas organizaciones que son parte de Fondo Común 2021. Han sido dos años de trabajo ininterrumpido y, tener la oportunidad de compartir nuestras experiencias y aprendizajes, nos llena de emoción. Como Fundación Lepe, nos vemos desafiadas a continuar fortaleciendo esta maravillosa red de personas que trabajan día a día desde sus regiones por un país mejor.”
El encuentro inició en el magnolio del patio central de la casa de la familia Lepe, árbol de más de 150 años, donde Pilar Galilea Lepe -parte del directorio de la fundación y de la familia Lepe- introdujo la historia del lugar, su significado para la institución e invitó a los participantes a compartir diferentes objetos significativos que previamente se les encargó llevar, simbolizando sus proyectos.
Durante los dos días, los equipos de los proyectos revisaron el proceso y desarrollo de sus iniciativas, las dificultades y logros que enfrentaron, analizaron sus resultados y compartieron sus experiencias. Se generó un espacio de reflexión profunda que permitió a los participantes pensar en los nuevos desafíos que enfrentarán y en estrategias para el futuro, con el objetivo de maximizar el impacto positivo de sus trabajos en las comunidades y el medio ambiente.
Los participantes compartieron sus sueños, esperanzas y aprendizajes, creando un ambiente de apoyo mutuo y solidaridad. El encuentro no solo sirvió para evaluar el progreso y los logros alcanzados por cada proyecto, sino también para fortalecer los lazos de colaboración entre las organizaciones y compartir experiencias inspiradoras. La jornada culminó con muestras de gratitud y reconocimiento por el gran trabajo y la pasión demostrada por cada equipo en la realización de sus proyectos.
