
En el marco de la ceremonia de cierre de la Escuela de Guías Turísticos del Valle del Aconcagua, se realizó el conversatorio “Turismo y Patrimonio Inmaterial: Conectando Saberes del Territorio”, un espacio abierto a la comunidad que invitó a reflexionar sobre el valor del patrimonio inmaterial y el turismo con identidad como pilares de un desarrollo cultural sostenible.
La actividad, realizada en la Universidad de Valparaíso, campus San Felipe, fue organizada por Fundación Lepe, en colaboración con el Programa Territorial Integrado (PTI) de Corfo y sus socios, y fue transmitida en vivo por YouTube. Participaron como panelistas la gestora cultural y muralista Lorena Véliz, el geógrafo y fundador de Chile a Mano Aldo Buscaglia, y la académica y gestora cultural Fabiola Leiva, quien moderó la conversación.
Desde una mirada crítica y emotiva, Lorena Véliz destacó que “el primer patrimonio somos nosotros”, invitando a los guías a reconocerse como portadores de memoria y mediadores de experiencias intangibles. Subrayó que, a diferencia de otros destinos turísticos con monumentos grandilocuentes, el Valle del Aconcagua puede ofrecer un turismo basado en lo invisible: el patrimonio inmaterial que vive en sus fiestas, cantos, rituales y memorias.
Fabiola Leiva profundizó en el concepto de patrimonio biocultural, señalando que este integra saberes culturales y hábitats naturales. “El patrimonio inmaterial es un patrimonio vivo y dinámico, ligado a las comunidades, que debe estar en el centro de las estrategias turísticas si aspiramos a un verdadero turismo con identidad y beneficio local”, enfatizó.
Desde su experiencia con Chile a Mano, Aldo Buscaglia compartió cómo los oficios artesanales y los saberes tradicionales pueden resignificarse a través del turismo. “La artesanía no es solo un objeto, es una historia viva. Como guías, ustedes pueden ser puentes entre visitantes y comunidades, ayudando a poner en valor lo humano detrás de cada creación”, afirmó.
El conversatorio finalizó con un llamado conjunto a preservar lo intangible, habitar el territorio desde la memoria y proyectar el turismo con identidad como una herramienta de revitalización cultural, desarrollo sostenible y respeto a las comunidades que mantienen vivos estos saberes.